De niños, inocentes nosotros, ejercitamos nuestra inventiva jugando a hacer formas con plastilina en mano. De adulto, el alemán, Oskar Fischinger, con la inventiva en plena forma y cera entre sus dedos, confecciona coloridas formas geométricas, que, aunque convencionales, dan vida a un hito en la cinematografía de animación (de autor). La visión de un artista, matices chirriantes y música clásica del s.XIX confluyen en este cortometraje que parece celebrar la unión de sus partes con danzas coreográficas, no de humanos alegres sino de cuadrados, cilindros y círculos jubilosos por tener música y color propios.
La técnica stop motion funge de coreógrafo al ritmo de la ópera Die lustigen Weiber von Windsor, de Carl Otto Nicolai, que acompaña a los protagonistas sin rostro mientras realizan sus performances sobre una fondo azul que alberga y difunde su alegoría abstracta.
La fascinación por el sistema de coloración Gaspar-color indujo a Fischinger para crear esta obra primeriza en la aventura de conjugar colores, sonidos, imágenes animadas e invención en un mismo celuloide, mediante el proceso "ritmos coloreados", denominado así por el propio director.
Komposition in bleu obtuvo un premio en el festival de Venecia de 1935.
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