de Viking Eggeling
"Ritmo visual totalmente autónomo", "imágenes renuentes a cualquier añadidura sonora no propia de la proyección fílmica", entre otras glosas, argumentadas por la misma impresión, deja esta entrega de mediados de los '20, tiempo en el cual ni se imaginaba la llegada del sonoro. La historia de las interpretaciones musicales en vivo para acompañar las proyecciones de películas "mudas" ya todos la saben, pero precisamente a esa historia es a la que no contribuyó Eggeling. Actitud trasgresora típica de un outsider como este sueco de origen alemán.
Su obra se compone con líneas, rectas y oblicuas, largas y cortas, delgadas y gruesas, que cadenciosamente desfilan en pantalla intentando sugestionarnos con las abstractas formas que figuran, entregándonos una obra (silente) tentadora para la experimentación de diversos músicos, quienes la cogen para intentar darle ritmo propio con su talento sonoro y así volver suya esta pieza magistral de independencia musical, la cual virtuosa en su silencio debe su grandeza al tempo sugerido por las imágenes formadas, que armoniosas al intervenir vuelven música los rastros que dejan.
En esta ocasión ofrezco dos versiones distintas de la misma obra, hechas por dos músicos que realizan el experimento del que les hablo.
PD: Eggeling quería autonomía de la imagen para sugerir compás, así que -si quieren entender su intención- recomiendo ver los vídeos sin audio, y descifrar un tanto la motivación de este par de músicos para imponer sus propias melodías con esas sugestivos diseños ajenos.
1 .El primer vídeo es de la bajista Sue Harshe:
2. El segundo, del guitarrista sueco Stefan Ostersjo:
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