martes, 29 de abril de 2008
CINE DE SIEMPRE EN Y BAJO LOS ANDES
Una brevísima, pero ilustrativa, revisión histórica del cine hecho en los países andinos en el siglo XX y poco después ofrece este interesante artículo de Emilio Bustamante llamado Retratos de familia. El cine en los países andinos, extraído de la Biblioteca Digital Andina.
Aquí el link de dicho texto:
lunes, 28 de abril de 2008
CINE Y VÍDEO GAY CONTEMPORÁNEO EN PERÚ
Los sección peruana, la que compete al presente texto, estuvo compuesta por los documentales Maricones, del experimentado cineasta residido en Canadá Marcos Arriaga, En el fuego, de Dante Alencastre; el cortometraje Así soy, soy así, del joven Juan Carlos Cojigas y los spots propagandísticos del proyecto "Somos" de Vía libre y del MHOL (Movimiento homosexual de Lima), todos dirigidos por Felipe Degregori.
Estos materiales de vídeo no habían tenido difusión antes de este evento, ni los documentales y el corto en cines ni los spots en la televisión de señal abierta. Una lástima pues nuestra exigua producción audiovisual, regida por la política de la precariedad y del empeño independiente, con poco apoyo de la empresa privada y mucho desinterés de los promotores "de cultura", sobrevive más que todo por los esfuerzos autónomos y denodados de sus autores, quienes colocan sus obras -a duras penas- en salas independientes de mínima repercusión. El cine peruano en su propio territorio es víctima de marginación, al igual que los gay que dan tema a estos vídeos.
viernes, 25 de abril de 2008
AFTER OZ (2007)
El festival de cine de animación Animagyc es un palmario ideal para la mostración de trabajos de este género realizados en América latina y España. Su última edición en el 2007 premió en el primer lugar a esta simpática mini-secuela de The wizard of Oz, centrada en las experiencias amorosas del Hombre de hojalata, quien sufre su pimera decepción amorosa, aprendiendo así los riesgos de entregar por entero su (nuevo) corazón a una mujer.
La historia no es la más original, empero sus virtudes están totalmente enfocadas en las técnicas 3D que emplea. Ahí les va.
JAPÓN (2002)
JAPÓN: ¿DE QUÉ Y A DÓNDE VAS?
Heredero de Tarkovski (principalmente en la contemplación de la naturaleza), y de Bresson (no-actores profesionales), Reygadas intenta ser personal en cada proyecto suyo, aunque sus detractores lo acusen de un simple lucrativo de la virtud ajena. Su deuda a ellos es grande, sí, pero el mexicano sabe usufructuar la enseñanza de sus maestros para amoldarlos a su propia visión del mundo. Que ellos le hayan enseñado a comer no indica que le hayan acuñado sus preferencias culinarias, por así decirlo.
EL PUNTO DE INFLEXIÓN Y EL QUE PUDO SERLO
Una escena decisiva que marca el punto medio de la película es la de la desistencia del protagonista de sus intenciones primarias en una toma grandilocuente (travelín aéreo circular que centra al arrepentido hombre en la imagen junto a un caballo muerto alrededor de un impresionante paisaje natural, como composición de un escenario celebrante de la vida), en la que crea al instante un nuevo misterio sobre sus nuevas motivaciones para seguir con vida. En eso se basará la "segunda parte", que se inicia en la toma siguiente al fundido (fade) en blanco.
sábado, 19 de abril de 2008
ANTOLOGÍA BRAKHAGE V: EYE MYTH (1967)
De blanco a multicolor, de multicolor a negro : De nada a mucho, de mucho a todo.
Esta analogía alude al aprendizaje durante nuestro corto ciclo vital, representado por Brakhage en 9 segundos diluviales en tonalidades y matices cromáticos que denotan información plural y diversa, existencial y/o banal en el trayecto de nuestra vida.
El único elemento reconocible en el metraje es la silueta de un hombre sentado, que cual orador recibe el bagaje o conocimientos brindados por los pigmentos que componen la imagen, llenando así su vacío, o entiéndase ignorancia.
Cualquier comprensión del mundo es un mito, confeccionado por nosotros mismos como moderadores de nuestra propia realidad. Es por eso que esta obra es susceptible a tan diversas apreciaciones, todas válidas.
Aquí el link para poder ver el cortometraje en cuestión.
http://es.youtube.com/watch?v=_DB6j1PurMAAquí un texto más extenso sobre esta obra, escrito por Ricardo Obregón:
http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2008/03/eye-myth-un-corto-de-stan-brakhage.html
sábado, 12 de abril de 2008
SWEENEY TODD (2007)
Toco la piel de mi garganta y siento como si seda frágil la cubriera, temiendo una grieta que disemine por doquier el líquido vivaz que acompasa dentro y que da vida.
Este -en inicio- divertimento musical tras sus 120 minutos se convirtió en una problemática existencial sobre lo que conlleva la venganza, para el vengador, para la presa y para los desventurados terceros que cruzan ese campo minado por un destino fatídico que los envuelve en su magnetizador y maldito perímetro, a sabiendas o no que la muerte desenlaza tal relación. Que los involucrados canten no es indicador de júbilo ni celebración sino, más bien, de melodía al infortunio arraigado, pues el cantar es una cotidianeidad, un ejercicio de ayer, hoy y mañana, que se desvincula de alegría y festejo en estos cánticos de querellas y disimulos. Algunos cantan para reír, otros muchos para llorar.
El contexto retratado es un Londres victoriano tétrico en ambientes y seres, los citadinos son grises en aspecto al igual que las paredes que habitan. Es un Londres que deprava a propios y procura con extraños, como al personaje del joven marinero, aventurero y romántico, que se extasía por la belleza de Johanna, la cual cautiva y sometida representa la condición de la belleza pura en ese ambiente opresor. Ambos figuran personajes no propios ni familiarizados al entorno que los acoge, hacen contraste por sus perfiles sensibleros al extremo muy distantes al de los protagónicos, ambiguos y maliciosos. Si bien la historia de amor secundaria empalaga por su cursilería clásica, aporta a la distensión "rosa" del relato lóbrego de trascendencia. Para asimilar íntegro la desgracia mostrada se necesita un molde contrario para comparaciones inmediatas.
Sweeney Todd (Johnny Depp), el otrora noble Benjamin Barker, es un personaje entrañable, inclinado a las intenciones homicidas sin un ápice de remordimiento ni vacilación, la obtención de su meta no admite piedras en el camino ni desvíos por compasión, pues sólo importa degollar a quien lo alejó de su familia por 15 años sin razón ni motivo justo sino, más bien, por antojo y abuso, el juez Turpin. La única compañía aguantable para el barbero es la señorita Lovett (Helena Bonham Carter), quien es cómplice alcahuete de sus asesinatos placenteros y "obligatorios".
¿Por quién sentimos simpatía? ¿No es acaso por Todd? Es por el sentimiento de venganza o revancha -para casos light- inherente y básico en el ser humano, que aunque no todos la concretamos siquiera la deseamos en distintos grados; eso es lo que precisamente nos atrae a tan gris personaje, la personificación de nuestros deseos más perversos y vergonzosos hechos sin cargo de culpa ni castigo, el triunfo de nuestras pulsiones maliciosas, gozosas para nosotros como voyeurs sádicos.
Un antes y un después marca el asesinato al barbero seudo italiano Pirelli (Sacha Baron Cohen), en una toma inescrupulosa, morbosa, excitante, que muestra el rostro víctima en primer plano sufriendo el corte lento y profundo de la navaja mientras el pigmento salpica a nuestros rostros pudorosos. La película deja las amenazas y amagues para pasar al degolladero, a la masacre desaforada, que no calma nunca. Bastaba el primer caído para darnos cuenta que Todd no entra a juegos, que liquida a los que rozan su ira, la mayoría infortunados e inocentes. Sus actos homicidas no son presentados como viles sino como represalias defensivas de otra víctima como lo fue él, viviéndolos como satisfacción personal por ser él ahora juez de algunos. Para ese momento distingue o reconoce apenas a su verdadero objetivo, pues la sed de venganza iracunda ya lo embargó a pleno. Los chorros color rojo que emanan las gargantas de las víctimas denotan sangre, pero connotan catarsis o contraste cromático-emocional para el sombrío Sweeney, quien está sumergido en una nebulosa decadente.
El musical original de Stephen Sondheim está dividido en dos actos, lo que da mayores luces sobre las dos etapas claramente marcadas de la película, la primera introductoria y ligera, misteriosa pero más musical y comunicativa; la segunda, sádica, agresiva, muy hablada pero sorprendente en su trágico desenlace. Al final, ¿quién sufre más la venganza? Creo que queda claro que el mensaje no es muy optimista, pues si bien Todd consigue aniquilar al juez, el principal objetivo, en el camino arrasa inconscientemente a su ser más querido, su esposa, que indigente e insana andaba por las calles de Londres. La venganza le dio una luz que terminó cegándolo, al volverlo un exterminador de una sola pieza, malévolo y depravado, sin capacidad de razonamiento sobre un futuro desolador. La toma final es totalizadora, un final infeliz en un ambiente subterráneo poluto, con dos víctimas de la demencia tanto electiva como forzada. Esta oscurísima obra de Burton parafrasea moral en su lectura final.
Burton suprime algunas piezas musicales de la obra de Sondheim no afines a su cometido, como The ballad of Sweeney Todd, tema principal de la versión teatral, entre otras, principalmente del segundo acto compuesto de muchos diálogos no trascendentes. De a puchos este la adecua como obra personal. Sweeney Todd es un musical excepcional, acaso el más siniestro de todos los tiempos, que encandila con canciones como la inicial No place like London, la enternecedora My friends y la declaratoria y amenazante Epiphany que alzan a esta entrega tenebrosa y sugestiva en lo fotográfico, perturbadora en argumento e impecable en performances como un clásico del género en el que predomina la música, con líricas sin ambages ni retórica que conectan e informan al espectador sobre lo que son y a lo que van los personajes. Sweeney Todd es un deleite pecaminoso, una obra magistral apreciable al máximo si se ve con sangre en los ojos.
lunes, 7 de abril de 2008
MIEST KINOOPERATORA (1911) y ROZHDYESTVO OBITATELEI LYESA (1913)
de Władysław Starewicz
I.
II.
La Navidad es el festejo de la fiesta, la festividad del festival; es el día de las sonrisas y de cualquier otro motivo de júbilo. Nadie debe quedar fuera, ni siquiera los preferidos de Starewicz, quienes protagonizan esta evocación a la hermandad y generosidad entre prójimos. Si bien es un alegato cursi y llano, no desvirtua el todo, pues el sentido de esta pieza es precisamente coparnos de melifluidad por el melancólico sentir navideño y la universalidad (¡!) de su espíritu. ¿Se nota que me ha conmovido?
UN NUIT SUR LE MONT CHAUVE (1933)
de Alexander Alexeieff
Un alocinógeno sombrío hecho con alfileres es esta pieza magistral de lo fantasioso y onírico. Pesadilla inintelegible en lo patente, entendida como amedrentadora por las sombras y oscuros que abarcan gran parte de la pantalla durante el metraje de esta cinta inspirada en lo fantasmal, supeditada a la sugestión o imaginación lóbrega del espectador para interpretar las muchas formas no reconocibles que se muestran. Un oleaje de grises lindante con lo puramente abstracto, que busca perplejidad y extrañeza por lo que miramos, haciéndonos ver nuestro temor a la ausencia de luz.
Junto a su esposa, Claire Parker, creó el Pinscreen, pantalla blanca compuesta por miles de alfileres en una base, que al presionarlos del lado inverso confeccionan formas o sensación de movimiento, consiguiendo así otro rango de texturas y efectos similares al 3D, totalmente distantes a los de la animación convencional de ese entonces.
Este es uno de los más claros y mejores ejemplos de esta técnica producto de la paciencia y la creatividad desbocada. Un mundo que sólo se percibe carente de júbilo y paz compuesto por figuras o entes que no precisamos a descifrar en la nebulosa Un nuit sur le Mont Chauve.
jueves, 3 de abril de 2008
A COLOUR BOX (1935)
Entre azules, verdes y rojos, por limitaciones del reseau, filtro propio del Dufaycolor, antiguo proceso franco-inglés de coloración fotográfica, este rítmico audiovisual se muestra como uno de los más festivos y disfrutables -sin esfuerzo- de su época. Época en la que el cine experimentaba y explotaba sus posibilidades recién descubiertas, en piezas de corta duración, que condensaban las problemáticas de los autores en una idea general, desarrollada sin alargamientos ni ambages para no turbar al receptor con polisemias.
Franjas paralelas que se redoblan y transforman en ondas sonoras visibles, colores que se alternan para dar dinamismo mientras algunas figuras con apariciones fugaces y esporádicas brindan versatilidad y apoyo al fondo generalmente azul. Por el final pareciera que diversos mosaicos amagan quedarse en escena, pero la melodía cubana de Don Baretto y orquesta, no permite estaticidad a ninguna de las partes, logrando la elaboración de un collage armónico en ritmos y colores. La festividad de la música contagia al movimiento incesante a todos los elementos que componen esta obra enajenante por su belleza cromática-móvil.
Un panel de expertos en el festival de cine de animación en Annecy, Francia, consideró a esta como una de las 10 obras más significativas en la historia de este género.
KOMPOSITION IN BLAU (1935)
La fascinación por el sistema de coloración Gaspar-color indujo a Fischinger para crear esta obra primeriza en la aventura de conjugar colores, sonidos, imágenes animadas e invención en un mismo celuloide, mediante el proceso "ritmos coloreados", denominado así por el propio director.
Komposition in bleu obtuvo un premio en el festival de Venecia de 1935.
miércoles, 2 de abril de 2008
SYMPHONIE DIAGONALE (1925)
de Viking Eggeling
"Ritmo visual totalmente autónomo", "imágenes renuentes a cualquier añadidura sonora no propia de la proyección fílmica", entre otras glosas, argumentadas por la misma impresión, deja esta entrega de mediados de los '20, tiempo en el cual ni se imaginaba la llegada del sonoro. La historia de las interpretaciones musicales en vivo para acompañar las proyecciones de películas "mudas" ya todos la saben, pero precisamente a esa historia es a la que no contribuyó Eggeling. Actitud trasgresora típica de un outsider como este sueco de origen alemán.
Su obra se compone con líneas, rectas y oblicuas, largas y cortas, delgadas y gruesas, que cadenciosamente desfilan en pantalla intentando sugestionarnos con las abstractas formas que figuran, entregándonos una obra (silente) tentadora para la experimentación de diversos músicos, quienes la cogen para intentar darle ritmo propio con su talento sonoro y así volver suya esta pieza magistral de independencia musical, la cual virtuosa en su silencio debe su grandeza al tempo sugerido por las imágenes formadas, que armoniosas al intervenir vuelven música los rastros que dejan.
En esta ocasión ofrezco dos versiones distintas de la misma obra, hechas por dos músicos que realizan el experimento del que les hablo.
PD: Eggeling quería autonomía de la imagen para sugerir compás, así que -si quieren entender su intención- recomiendo ver los vídeos sin audio, y descifrar un tanto la motivación de este par de músicos para imponer sus propias melodías con esas sugestivos diseños ajenos.
1 .El primer vídeo es de la bajista Sue Harshe:
2. El segundo, del guitarrista sueco Stefan Ostersjo:
martes, 1 de abril de 2008
BALLET MÉCANIQUE (1924)
Ballet Mécanique contó originalmente con una score de 30 min. compuesto por George Antheil, pero tuvo que acortarse a 15 min. como la duración del filme, donde muestra labios, dientes, máquinas, mujeres, círculos, muñecos, etc. a un compás alegre y rápido, propio de la partitura, en imágenes no lineales ni narrativas.